¿Es la caza del lobo un método eficaz para reducir los daños al ganado?

La clave está en conocer las características y comportamiento de esta especie tan singular, su compleja estructura social y las consecuencias de su ruptura, por la eliminación arbitraria de individuos.

La caza de lobos es una práctica tan ancestral, que es importante que nos preguntemos el porqué, ya que las amenazas que nos motivaron en el pasado, probablemente carezcan de relevancia en el presente.

Tradición , deporte y como medida preventiva son los argumentos para la caza y control letal de las poblaciones de lobo en la actualidad.

Pero, ¿realmente se consigue una disminución de los ataques?

A priori puede parecer obvio, a menor número de lobos, menor número de ataques, pero a menudo, el control y la caza no consiguen el efecto deseado, incluso, numerosos estudios han determinado que el control letal de individuos de lobo puede estar teniendo efectos contrarios al objetivo de «reducir los daños» y esto es debido en gran parte a las complejas relaciones no lineales entre comportamiento, abundancia y tasa de depredación.

El lobo, depredador social

Un estudio de la Universidad Estatal de Washington determinó que el número de lobos muertos en el año uno se relacionó positivamente con el número de ganado depredado el año siguiente. Y esto ¿cómo es posible?

Los lobos forman estructuras sociales fuertemente cohesionadas y emparentadas, formadas por una pareja reproductora y sus descendientes de varias generaciones.

• La especie, canis lupus, posee su propio sistema de control poblacional. Su condición monógama y el hecho de que solo una pareja se reproduzca en la manada, convierte al lobo en una especie que se autorregula de forma natural, adaptándose a la disponibilidad de espacio y alimento. 
• Los estudios apuntan a que la pareja reproductora podría ser la responsable de la mayoría de las depredaciones al ganado, por estar más vinculada al lugar de cría que a la distribución natural de las presas salvajes. (Bradley y Pletscher, 2005)
• Si uno o ambos componentes de la pareja reproductora fallecen por causas naturales o antropogénicas, la manada se fractura dando lugar al aumento de parejas reproductoras (Brainerd, 2008) y por ende un aumento de ataques al ganado.
• Además, como consecuencia de la fractura de una manada, otros lobos quedan dispersos e, incapaces de cazar presas salvajes en solitario, tienen que poner el foco en presas «más fáciles» como el ganado. Este caso lo podemos observar en esta interesante secuencia, capturada por las cámaras de FAPAS para el estudio de las hembras reproductoras de oso, situadas en el bosque de la Cordillera Cantábrica. En las fotografías podemos ver un ejemplar de ciervo adulto en buenas condiciones físicas, perseguido por un único lobo. Se sabe que, para cazar este tipo de ejemplares, las manadas de lobos agotan a su presa gracias al esfuerzo conjunto de los miembros, durante largas persecuciones. Finalmente, las cámaras captaron al mismo ciervo vivo por la noche, dejando a relucir que la persecución por parte del lobo, fracasó, lo que implica que la próxima vez se puede llegar a ver obligado a cazar una presa «más fácil».

Como curiosidad, añadir que la eliminación de grandes carnívoros, como el lobo, de un territorio, está relacionada con el aumento de las poblaciones de mesodepredadores (pequeños carnívoros) que también pueden llegar a producir daños en el ganado.

Helena Rambla Corral Divulgadora Ambiental

Fuentes:

• Tesis Doctoral: “Comportamiento y conservación de grandes carnívoros en ambientes humanizados. Osos y Lobos en la Cordillera Cantábrica
• Effects of Wolf Mortality on Livestock Depredations
• FAPAS – PERSECUCIÓN DE UN LOBO A UN CIERVO EN EL BOSQUE
• Life-Lobo Andalucía – El papel de los carnívoros como policía sanitaria