Hay una vieja frase en el mundo de la conservación que dice que no se puede salvar lo que no se conoce. En la sociedad de la sobreinformación, esta frase ha quedado superada. A pocos clics de distancia, podemos conocer la situacion de los tigres de Bengala, de los gorilas de montaña o de los leopardos de las nieves; podemos acceder a informes, censos o normativa europea; podemos recorrer a vista de águila las montañas de todo el mundo o estar en el medio de una familia de leones en el Serengueti.
No conoce el que no quiere conocer.
Pero tambien vivimos en una sociedad aséptica, donde el sentimiento está encapsulado y vendido con lacito y donde estamos acostumbrados a verlo todo a través de una pantalla. Tan obsesionados vivimos del 4K, del 5K… que nos olvidamos de que nuestra vista es el verdadero full HD. Por eso seguimos quedándonos maravillados ante una puesta de sol.
No se puede salvar, lo que no te ha llegado al alma.
Por eso desde el Voluntariado para el censo del lobo ibérico y evaluación del estado de conservación de sus hábitats naturales quisimos terminar el año con una experiencia especial para todos los integrantes del proyecto que se pudieron acercar el pasado viernes 27 de diciembre a las instalaciones de Fauna y Acción. Por primera vez para muchos de nosotros, pudimos interactuar con la especie en cuya conservación dedicamos tanto esfuerzo y dedicación.
Tras una breve charla,


Entramos en un recinto grande

Allí pudimos mirar cara a cara al lobo, y reforzar nuestra pasión por este animal


Pudimos apreciar las características de pelaje del lobo ibérico, y ver las diferencias de tonalidades entre los diferentes ejemplares

Pudimos valorar las huellas, de lobo sin ninguna duda, por lo que también sirvió de aprendizaje para los menos expertos.


Y desde luego nos reafirmamos en la necesidad de trabajar por la conservación de este animal fundamental para la salud de los ecosistemas y tan atacado con la escopeta y el veneno, pero también con la mentira y los prejuicios.

Seguiremos trabajando en el 2020, un año más, por la recuperación del lobo y de sus hábitats.